La magia negra se le llama cuando se realiza algún ritual o hechizo con el único fin de dañar a una persona. Es aquí donde la idea es transformada hacia el lado obscuro de las energías mágicas en nuestra vida y se tergiversan los verdaderos sentimientos.
Como ya hemos comentado anteriormente desaconsejamos totalmente la práctica de este tipo de rituales o mezclarnos con personas que lo practican, no suelen traer nada bueno ni a nuestras vidas ni a las de las personas de nuestro entorno.
Solvencia moral y magia negra
Las personas que recurren a dichos rituales muy pocas veces poseen una solvencia moral, es decir la capacidad mental y física de hacerlo sin que ellas mismas tengan aspectos igualmente negativos en sus propias vidas.
Lo mismo sucede cuando intentan que alguien caiga en un vicio, contraiga alguna enfermedad o incluso pierda todo lo que alguna vez amó. Todo ello recae nuevamente en el círculo de la vida, y aunque en un principio se piense que no afectará de forma contraria, sucede y con peores consecuencias.
Libertad en los rituales
Las ataduras con rituales negros tampoco son adecuados. Todos fuimos creados y existimos con libertad, libre albedrío y capacidad para tomar decisiones sin necesidad de ser influenciados por algunas personas o hechos concretos.
Ante tal libertad, no existe ritual ni hechizó capaz de romper con la misma naturaleza humana. Las energías que se colocan en movimiento recaen gravemente contra la persona que las propicia con deseos impuros así que es mejor pensárselo dos veces.
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