¿Crees en el karma? Los budistas consideran que el karma es una energía que nos transciende, porque se genera a raíz de los actos que cada persona realiza. Algunos se refieren a él como el espíritu de la justicia o del equilibrio. También los hinduistas, los jainistas, los espiritistas y otras religiones semejantes abrazan este concepto como un aspecto clave en sus filosofías vitales. Muchos creen, también, que la vida es un espejo.
Dicho de otro modo, el karma vendría a explicar que cada fuerza dinámica realizada por alguien influye o condiciona en sus posteriores existencias. Es decir, somos lo que hacemos y cambiamos en función de lo que hacemos. ¿Lo habías pensado alguna vez? ¿Qué te parece la idea?
Muchos sabios, filósofos y pensadores, a lo largo de la historia, han abrazado ese otro concepto similar que nos encanta: la vida es un espejo. Refleja lo que hacemos y condiciona lo que haremos.
Imagínate que acabas de levantarte por la mañana, vas al cuarto de baño, te miras al espejo y experimentas una sensación distinta en función de lo que ves. Si te aprecias guapa, descansada, lozana y atractiva, experimentas un subidón de confianza y autoestima que te permitirá afrontar el día con toda la energía. ¡Seguro que todo va a irte bien!
Por el contrario, si al mirar tu reflejo te notas cansada, mustia, gris y menos favorecida de lo habitual, tu ánimo desciende. Te sientes menos capaz y, te guste o no, te empequeñeces.
No se trata de un ejemplo tonto. Es una verdad psicológica demostrada, fehaciente, de la que puedes extraer una lectura muy positiva para tu día a día. Cada mañana, al mirarte por primera vez en el espejo, ¡sonríe! Muestra tu mejor sonrisa al darte el buenos días. De este modo, te sentirás mucho mejor y más capaz hasta la mañana siguiente. Pruébalo, ¡funciona!
La vida es un espejo y te refleja lo que ofreces
Un espejo a gran escala
Esta experiencia cotidiana es extrapolable a la existencia misma. Entre el karma y la sonrisa matutina reflejada en el espejo hemos vislumbrado una realidad apasionante. ¿Qué ocurriría si la vida fuese, verdaderamente, un espejo? Que tendríamos la capacidad de sonreír cada vez que nos mirásemos en él y, desde ese momento, crear un reflejo positivo del que nos beneficiaríamos a posteriori. ¿A que te gusta la idea?
Vayamos paso a paso. La clave está en el inconsciente. El propio Mahatma Gandhi, uno de los líderes sociales y espírituales más influyentes de la historia, repetía una y otra vez que cosechamos lo que sembramos. Por eso se mostraba tan contrario a la violencia, porque solo engendra violencia. En lógica coherencia con este principio, se rebeló por medios pacíficos, porque su objetivo era la paz.
Si la vida es un espejo, nos devuelve lo que hacemos. Cuando actuamos con bondad, optimismo, sinceridad, naturalidad y buena fe, antes o después, recibiremos esos mismos ingredientes en nuestro futuro. Y al contrario. Si somos egoístas, bordes, negativos, artificiales y malignos, tal vez aguantemos algún tiempo de ese modo, pero más pronto que tarde acabaremos pagando una terrible factura.
El tarot es una mancia que nos permite mejorar nuestra vida, porque nos ofrece respuestas a lo que está por llegar. Su principio se apoya en la relación que todos los hechos, los sucesos y las decisiones tienen entre sí. Todo está conectado. Lo que haces y lo que no. Lo que dices. Lo que sientes. Lo que te sucede y lo que te sucederá. Los tarotistas auténticos son capaces de adentrarse y reconocer ese mundo de interconexiones. Hasta el punto de que desentrañan esa realidad y te la sirven en bandeja. Gracias a ello puedes prepararte y obrar con más criterio. No lo olvides: lo que hagas te será devuelto. Para bien o para mal.
El inconsciente es la clave
Somos como un iceberg. Una pequeña parte, alrededor del 7 %, sería la consciencia. Aquello de lo que nos damos cuenta y que, ignorantemente, asociamos con nuestra personalidad y con la realidad.
Pero el resto, la gran mayoría, más de un 90 %, es ese mundo inconsciente que desconocemos, aunque actúa y nos influye. ¿Por qué al ver a un desconocido, de repente, sientes atracción o rechazo de un modo inexplicable? A veces aciertas y otras no, según los casos y las personas. Pero siempre nos ocurre. Nuestro inconsciente no descansa.
Tenlo claro: no sabemos quiénes somos. Nuestro interior bulle y condiciona lo que hacemos. Determina lo que hago o no, mis miedos, mis deseos, mis traumas, mis limitaciones. Y también lo positivo. Cuantos consideran que la vida es un espejo, aseguran que lo que nos ocurre es una manifestación de nuestro inconsciente. Y nos realimenta, vuelve al inconsciente, influyendo de nuevo en lo que seguiremos haciendo.
Todo está relacionado contigo, porque la vida es un espejo. Actúa en positivo y esa actitud se reflejará más adelante. Es un auténtico misterio, maravilloso, con espectaculares consecuencias y posibilidades. Confía en ti. Obra bien y todo te irá bien.
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